viernes, 29 de mayo de 2009

Peter Singer: El maestro de los derechos de los animales

El mundo es una suma de hombres, animales, plantas, cosas, lenguajes y pensamientos, cada uno de los cuales confluyen en un mismo punto y espacio para generar lo que hoy conocemos como comunidades, es decir, reuniones de humanos que se pasan su vida en un mismo espacio y viven bajo los mismos códigos. Y es el hombre el centro de atención en todo este cuento, es él el protagonista del planeta tierra, es más importante que cualquier otro ser vivo y, también, es el ser más destructivo que alguien haya conocido alguna vez.
Lo que no entiendo es por qué la raza humana, o más bien por decreto de qué tipo de ser o entidad, se cree con más derechos sobre las otras especies, por lo que las someten y han hecho lo que se les da la gana con sus hábitats y ecosistemas, creando así un desnivel en la perfecta balanza que es la naturaleza misma.
Muchos dicen que el por qué de esa superioridad es la inteligencia y el desarrollo cerebral, y argumentan que “los animales no piensan” (lo que se traduciría más bien como “no valen”) y con esta razón sacan mil y un argumentos para dejar callado al que sea sobre la cuestión del carácter animal de los humanos y de la superioridad de la especie.
Sobre esta cuestión se ha escrito mucho. Muchos han estado a favor, otros más han estado en contra, pero los planteamientos de Peter Singer, este destacado ensayista australiano, resuelven de una manera muy simple, y a la vez muy inteligente la cuestión de estas diferencias entre los seres y especies, pues el hecho de que existan jerarquías de este tipo es una misma creación humana, impuesta a la fuerza sin tener en cuenta la calidad y el tipo de vida de los demás individuos.
En Liberación Animal, uno de sus libros publicado en 1975, Singer trata el tema de los derechos de hombres y animales y, aunque reconoce que los dos poseen naturalezas diferentes, manifiesta que todo debe regirse por el principio de la minimización del sufrimiento, puesto que se defiende el derecho a la “igual consideración de todos los seres capaces de sufrir[1]”, a lo que agrega que si se discrimina a un ser por tener escamas, plumas o pelos es lo mismo que rechazar a alguien debido al color de su piel.

Desde mi punto de vista, comparto completamente los planteamientos de Singer, puesto que el sólo hecho de considerar a un ser como inferior por sus diferencias es netamente discriminativo, y, confirmando la idea planteada en el principio de mi escrito, se comprueba que el ser humano es una única especie que está subordinando a millones, destruyéndolas y es algo totalmente injusto, puesto que las demás especies son mayoría si de número y diversidad se trata.

La teoría del especismo de este ensayista, se plantea la idea de que “es absurdo discriminar a un ser vivo por el sólo hecho de pertenecer a una determinada especie[2]”, y eso es lo que ha venido haciendo el hombre desde que comenzó a evolucionar, puesto que esto implicó un dominio de la naturaleza hostil que lo rodeaba. De todas maneras, ese carácter hostil de la naturaleza no le quita nada de crueldad a la naturaleza humana, ya que es injusto e ilógico que una sola raza, que es la humana, esté acabando con la existencia y el legado de miles de millones de especies de seres vivos (ya sean fauna o flora), pues ellos también tienen derecho a vivir y a disfrutar de un medio ambiente ameno y saludable para su existencia.

En cuanto a la idea de la superioridad del cerebro humano, Singer “expone que mientras que los animales dan muestra de menor inteligencia que el ser humano medio, muchos seres humanos con retraso mental grave muestran una inteligencia comparable a la animal, y que por ello la inteligencia no justifica que se otorgue menor consideración a los seres no humanos que a los humanos con retraso mental[3]". Esta idea es totalmente clara, y demuestra que los argumentos de Singer son regidos por el sentido común, lo que los hace muy simples, fáciles de entender y seguir, pero esto no significa que sus ideas sean mediocres, sino que para entenderlas se requiere una buena capacidad de apertura mental, igualdad y sentido de pertenencia con nuestro planeta.
Además, la filosofía de Peter Singer se ha dedicado a preguntarse por otros aspectos de la vida como el aborto y la eutanasia, y les da un tratamiento con una mirada muy similar a la que se tiene con los animales, pues, me atrevería a decir que el pensamiento de este ensayista se encuentra marcado por un concepto tan hermoso y tan importante como lo es la defensa de la VIDA por encima de todas las cosas.

Pensar que el hombre no debe someter al animal es defender la vida, así mismo lo es garantizar el mínimo sufrimiento para los miembros de cualquier especie y defender la vida también es decir que “está mal matar a un feto humano porque éste es un ser inocente[4]”. Esta es la posición que tiene Singer frente a temas tan polémicos como el aborto, todo esto regido por su teoría de la ética general, compilada en su libro Ética práctica, en donde lo que hace es un análisis exhaustivo a la diversidad de intereses del ser humano y al hecho de que siempre se crea interés por actividades o temas que nos van a traer el beneficio y el placer propio, pero, la mayoría de veces, esos intereses generan daño a los demás, a la sociedad y al medio ambiente.

Qué bueno sería que en estos días en donde todos vivimos acelerados, el tiempo no alcanza y aumentan cada vez más las obligaciones, los seres humanos se detuvieran un momento y consideraran los planteamientos de Peter Singer, pues de pronto así se le daría más valor a la vida misma, algo que anda perdido por andar pensando en la moda, las cuentas que se deben pagar y la fiesta que viene el fin de semana.


[1] Tomado de www.wikipedia.com
[2] Tomado de www.wikipedia.com
[3] Tomado de www.wikipedia.com
[4] Tomado de www.wikipedia.com

miércoles, 13 de mayo de 2009

Día de las madres: Otro día más de consumo

La madre es, para muchos, el ser más querido del planeta, y con toda razón pues la madre es esa persona que nos trae al mundo y que nos muestra la vida desde que somos tan sólo unos indefensos infantes.

No estoy en contra de que se celebren este tipo de fechas y de que se resalte la hermosa y tediosa labor de las mamás, con lo que sí no estoy de acuerdo es con toda la dinámica comercial que se ha generado frente a esta fecha, pues las personas se preocupan más por qué tipo de ropa van a usar, qué van a regalar y cuanto dinero se van a gastar en la conmemoración de su labor, algo que contradice totalmente el papel de estas mujeres, quienes, desinteresadamente entregan su amor a sus hijos sin esperar nada a cambio.

Es indiscutible el hecho de que vivimos en una sociedad en la que el consumo prima sobre todas las demás actividades del hombre, sin embargo este consumo lo está haciendo olvidar sobre lo más bello de la vida, que es la simpleza y la transparencia del ser humano, y lo ha convertido en un esclavo de las compras, generando así la idea de que para demostrar afecto y cariño a alguien se necesita un elemento material de por medio.

El día de la madre debe ser una fecha en la que todos reflexionemos y pensemos sobre todo lo que les debemos a ellas, todos los momentos difíciles en que nos han acompañado y frente a los cuales nos han brindado las mejores soluciones, y seamos conscientes de la importancia de su existencia en nuestras vidas. Para esto no necesitamos más que de dos elementos que diferencian al hombre de los animales: la mente y el corazón, pues es a través de ellos que se puede comprender y sentir el amor y el trabajo que implica ser mamá.

Es hora de que se cambien esas dinámicas consumistas que están acabando con la verdadera esencia de estas fechas, que, en realidad, son simplemente para disfrutar en familia y generar unión entre todos y cada uno de sus integrantes, pues es mucho más importante sentir este día de corazón que llenar a una madre de regalos y seguir siendo el hijo pródigo que tantos dolores de cabeza le ha causado.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Eventos UPB: Falta más compromiso

Hablando un poco sobre los eventos extracurriculares que tiene programados la Universidad Pontificia Bolivariana, tales como conferencias, muestras de cine, exposiciones fotográficas, pictóricas y de diseño, cabe resaltar como positivo el hecho de que se abran estos espacios, puesto que permiten que nosotros, los estudiantes, vayamos más allá del conocimiento otorgado por nuestros profesores y complementemos nuestro saber a través del conocimiento de nuevas disciplinas.

Sin embargo, la mayoría de veces, por no decir que todas, hace falta más difusión por parte de la institución y los docentes para que los estudiantes nos enteremos de este tipo de actividades que tanto nos enriquecen, puesto que, en muchas ocasiones, los carteles pegados en paredes y en carteleras no son suficientes para hacer que la asistencia a estos espacios sea masiva.

A esto propongo como solución que se utilicen medios más efectivos para llegar a nosotros como el correo o el facebook, puesto que esos avisos pasan desapercibidos para muchos. Además, no es suficiente con la publicidad que se hace a través de la página web de la universidad, puesto que hoy en día los jóvenes están más pendientes de las invitaciones que llegan a ellos a través de los medios nombrados anteriormente.

Por otro lado, pienso que es pertinente decir que en algunas ocasiones, los expositores son responsables por la inasistencia o la salida temprana de los estudiantes en sus presentaciones, puesto que no hacen que éstas sean lo suficientemente dinámicas y entretenidas y, como ahora todos estamos acostumbrados a vivir a mil por hora, esto se torna aburrido y monótono para los alumnos, quienes prefieren salir a charlas con sus amigos o simplemente no asisten porque sabes lo que se les espera.

Es importante que un expositor no hable más de la cuenta, sea respetuoso con su público, se gane su respeto y su atención, y de esa manera, estas conferencias serán un éxito en toda la universidad. Por otro lado, también es hora de que los estudiantes tomemos un poco más de conciencia, y entendamos que no todo el mundo piensa como nosotros, antes de juzgar la manera de proceder del otro. Pienso que así este tipo de espacios puede aprovecharse mucho mejor y beneficiar al mayor número de personas posible.