El mundo es una suma de hombres, animales, plantas, cosas, lenguajes y pensamientos, cada uno de los cuales confluyen en un mismo punto y espacio para generar lo que hoy conocemos como comunidades, es decir, reuniones de humanos que se pasan su vida en un mismo espacio y viven bajo los mismos códigos. Y es el hombre el centro de atención en todo este cuento, es él el protagonista del planeta tierra, es más importante que cualquier otro ser vivo y, también, es el ser más destructivo que alguien haya conocido alguna vez.
Lo que no entiendo es por qué la raza humana, o más bien por decreto de qué tipo de ser o entidad, se cree con más derechos sobre las otras especies, por lo que las someten y han hecho lo que se les da la gana con sus hábitats y ecosistemas, creando así un desnivel en la perfecta balanza que es la naturaleza misma.
Muchos dicen que el por qué de esa superioridad es la inteligencia y el desarrollo cerebral, y argumentan que “los animales no piensan” (lo que se traduciría más bien como “no valen”) y con esta razón sacan mil y un argumentos para dejar callado al que sea sobre la cuestión del carácter animal de los humanos y de la superioridad de la especie.
Sobre esta cuestión se ha escrito mucho. Muchos han estado a favor, otros más han estado en contra, pero los planteamientos de Peter Singer, este destacado ensayista australiano, resuelven de una manera muy simple, y a la vez muy inteligente la cuestión de estas diferencias entre los seres y especies, pues el hecho de que existan jerarquías de este tipo es una misma creación humana, impuesta a la fuerza sin tener en cuenta la calidad y el tipo de vida de los demás individuos.
En Liberación Animal, uno de sus libros publicado en 1975, Singer trata el tema de los derechos de hombres y animales y, aunque reconoce que los dos poseen naturalezas diferentes, manifiesta que todo debe regirse por el principio de la minimización del sufrimiento, puesto que se defiende el derecho a la “igual consideración de todos los seres capaces de sufrir[1]”, a lo que agrega que si se discrimina a un ser por tener escamas, plumas o pelos es lo mismo que rechazar a alguien debido al color de su piel.
Desde mi punto de vista, comparto completamente los planteamientos de Singer, puesto que el sólo hecho de considerar a un ser como inferior por sus diferencias es netamente discriminativo, y, confirmando la idea planteada en el principio de mi escrito, se comprueba que el ser humano es una única especie que está subordinando a millones, destruyéndolas y es algo totalmente injusto, puesto que las demás especies son mayoría si de número y diversidad se trata.
La teoría del especismo de este ensayista, se plantea la idea de que “es absurdo discriminar a un ser vivo por el sólo hecho de pertenecer a una determinada especie[2]”, y eso es lo que ha venido haciendo el hombre desde que comenzó a evolucionar, puesto que esto implicó un dominio de la naturaleza hostil que lo rodeaba. De todas maneras, ese carácter hostil de la naturaleza no le quita nada de crueldad a la naturaleza humana, ya que es injusto e ilógico que una sola raza, que es la humana, esté acabando con la existencia y el legado de miles de millones de especies de seres vivos (ya sean fauna o flora), pues ellos también tienen derecho a vivir y a disfrutar de un medio ambiente ameno y saludable para su existencia.
En cuanto a la idea de la superioridad del cerebro humano, Singer “expone que mientras que los animales dan muestra de menor inteligencia que el ser humano medio, muchos seres humanos con retraso mental grave muestran una inteligencia comparable a la animal, y que por ello la inteligencia no justifica que se otorgue menor consideración a los seres no humanos que a los humanos con retraso mental[3]". Esta idea es totalmente clara, y demuestra que los argumentos de Singer son regidos por el sentido común, lo que los hace muy simples, fáciles de entender y seguir, pero esto no significa que sus ideas sean mediocres, sino que para entenderlas se requiere una buena capacidad de apertura mental, igualdad y sentido de pertenencia con nuestro planeta.
Además, la filosofía de Peter Singer se ha dedicado a preguntarse por otros aspectos de la vida como el aborto y la eutanasia, y les da un tratamiento con una mirada muy similar a la que se tiene con los animales, pues, me atrevería a decir que el pensamiento de este ensayista se encuentra marcado por un concepto tan hermoso y tan importante como lo es la defensa de la VIDA por encima de todas las cosas.
Pensar que el hombre no debe someter al animal es defender la vida, así mismo lo es garantizar el mínimo sufrimiento para los miembros de cualquier especie y defender la vida también es decir que “está mal matar a un feto humano porque éste es un ser inocente[4]”. Esta es la posición que tiene Singer frente a temas tan polémicos como el aborto, todo esto regido por su teoría de la ética general, compilada en su libro Ética práctica, en donde lo que hace es un análisis exhaustivo a la diversidad de intereses del ser humano y al hecho de que siempre se crea interés por actividades o temas que nos van a traer el beneficio y el placer propio, pero, la mayoría de veces, esos intereses generan daño a los demás, a la sociedad y al medio ambiente.
Qué bueno sería que en estos días en donde todos vivimos acelerados, el tiempo no alcanza y aumentan cada vez más las obligaciones, los seres humanos se detuvieran un momento y consideraran los planteamientos de Peter Singer, pues de pronto así se le daría más valor a la vida misma, algo que anda perdido por andar pensando en la moda, las cuentas que se deben pagar y la fiesta que viene el fin de semana.
[1] Tomado de www.wikipedia.com
[2] Tomado de www.wikipedia.com
[3] Tomado de www.wikipedia.com
[4] Tomado de www.wikipedia.com
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